Y bien... es sorprendente cómo la vida puede dar tantas vueltas, y luego volverse a calmar las aguas, y regresar a como estaba antes. Después de la tempestad viene la calma, dicen, aunque después puede venir una nueva tempestad. Pero invariablemente después viene la calma. Y no podría ser de otra manera... ¿quién aguanta una vida de puras tempestades?
El tiempo pasa, no nos hacemos más jóvenes, sí más sabios y con aprendizaje. Lecciones aprendidas: no puedes confiar en nadie, la cobardía se cuela por los huesos de hasta los más pintados. Una nueva vida puede ser tentadora, pero desafiante.
La lección más importante es que siempre podré salir adelante.
Una promesa de matrimonio fallida, una nueva maternidad doble que se vino abajo, un trabajo otrora estable que se tambalea. Pero ahí, debajo de toda la tempestad, ahí estoy yo, al pie del cañón. A huevo que sí.