Kitsch

¡Buenos días, queridos compañeros bloggers! ¿Cómo están? ¡Ya es viernes! Ea ea ea!

Y bien, como es viernes lai, tocaremos un tema harto, pero harto lai. Esto es, lo que les comentaba a inicio de semana sobre esta cultura kitsch que tiene un par de años poniéndose de moda. Si ustedes son, o conocen a personas creativas, llámese diseñadores, mercadólodos, fotógrafos, cineastas, etc. entonces muy probablemente sepan de qué hablo. Yo tengo contacto muy cercano con la comunidad creativa y no porque yo lo sea -yo soy ingeniera-, sino porque personas muy cercanas a mí son creativos.

Pues bien, el término kitsch es, tal como lo dice wikipedia: La palabra kitsch se origina del término alemán yidis etwas verkitschen. Define al arte que es considerado como una copia inferior de un estilo existente. También se utiliza el término kitsch en un sentido más libre para referirse a cualquier arte que es pretencioso, pasado de moda o de mal gusto.

El culto a lo tradicionalmente conocido como naco, pues.

Rigo Tovar, las ficheras, el culto al Santo y Blue Demon, a la Virgen de Guadalupe, colores chillantes, lucecitas de colores, las canciones románticas arrabaleras, como las de los Pasteles Verdes... son algunas de las características de esta corriente. Pueden ver ustedes en un antro a una chava guapísima, con rasgos incluso europeos, altas, rubias, vestidas con un vestido de leopardo, mallas rosas y zapatos de tacón, y un corte de cabello completamente amorfo, bailando música de Chico Che o nuevos grupos que han surgido, como Changorama, o Afrodita, cuyas letras son de lo más sin sentido. Por ejemplo, un fragmentito de una rola famosona de Afrodita, llamada "Danesa 33" que dice algo así como "Regresa, Danesa, ya tengo 33. Holanda no me pone, las Tepoznieves no me vibran, Haggen Dazs esta muy caro, no soy feliz con Helados Bing, desapareciste como Lili Ledy". Mientras la vocalista baila topless salte y salte por todo el escenario, blandiendo una espada de jedi y en la cabeza un penacho de Moctezuma.

Ahora, se podría pensar que los seguidores de este culto viven en las zonas marginadas de la ciudad, que tienen bajo nivel cultural, educativo o social, como históricamente ha sucedido con las personas a quienes les gusta de manera natural, que han crecido con esa cultura, pero no, son normalmente universitarios, treintones, que viven en la Condechi o en zonas más bien de intelectuales, que organizan eventos culturales en el Parque España o festivales de cine, que en su juventud no escuchaban a Joan Sebastian o a Daniela Romo, sino a Timbiriche o a Depeche Mode.

Es super interesante, mis queridos compañeros, y visto a la distancia, hasta divertido. Yo llevo una vida diametralmente opuesta, soy rockera desde jovencita y siempre lo seré, y cuando llego a salir a eventos de estos kitsch no soy la más feliz, pero el observar tan variados personajes es fascinante.