Monday, January 14, 2008

Más del caso Aristegui

Esta semana en Proceso se publica una entrevista que le hicieron a Carmen Aristegui en la que ella narra su punto de vista de las cosas. Está bastante interesante, para que la consigan. Aquí un fragmento:

¿Era incómoda para el Gobierno?

Sí, sentí que no era un espacio deseable para la Presidencia de la República, si me atengo a las dificultades importantes que tuve en distintos momentos para lograr entrevistas con funcionarios de alto nivel, a pesar de que algunos sí se presentaban. En varios casos sentí claramente una indisposición para colaborar o atender las solicitudes de entrevistas. Percibí un ánimo de comunicarle tal vez a los funcionarios que no era bien visto que estuvieran en mi espacio informativo.

En contraste, Aristegui reconoce que no esperaba tanto apoyo de la opinión pública en foros en internet, cartas a los periódicos, desplegados de prensa, llamadas a W Radio, correos electrónicos y protestas frente a la estación.

“Es evidente que este evento detona una circunstancia de agravios múltiples, acumulados, recientes, firmemente vinculados a la tarea de los medios”, acota. Con todo, dice, “me ha sorprendido la reacción; me rebasa, me trasciende. El tema no soy yo. No tiene que ver únicamente con el hecho de que me quitaron el programa que yo oía.

“Tiene que ver con la cancelación de un espacio en momentos que los medios de comunicación han vivido situaciones muy criticables y le deben a sus audiencias explicaciones: por qué le regatearon el debate y la información de la Ley de Radio y Televisión, y por qué le asestaron a la sociedad una campaña contra la reforma electoral con pretensiones libertarias, cuando sabemos que existe disgusto por un tema de negocio electoral”.

Aristegui recuerda emocionada el momento en que salió de la cabina tras la última transmisión y sintió “el cruce de emociones” entre sus colaboradores, integrantes de otros programas de Radiópolis y los radioescuchas presentes:

“Sí había una empatía en el momento de la transmisión, cuando se cancela el espacio, esa empatía se potencia. Ante la brutalidad del silencio, hay este sentimiento de pérdida de los ciudadanos: ‘Me quitaste lo que yo oía y no te importé’. No importó que los índices de audiencia fuéramos ciudadanos”.


Y por otro lado, es interesante también ver que surgen voces a favor de W Radio. Me encontré esto en Internet:

Durante prácticamente una semana, comentaristas, legisladores, dirigentes partidistas y hasta Andrés Manuel López Obrador pregonaron que la salida de Carmen Aristegui de W Radio fue un atentado a la libertad de expresión, un acto de censura, de Televisa y Grupo Prisa al trabajo periodístico de la conductora.

Sabedores del jugoso bocado que esto representó para el lopezobradorismo y conocedores de la tendencia de los grupos bien pensantes a dar por válida cualquier teoría del complot, hubo columnistas que se aventuraron a asegurar que así se confirmaba una estrategia para desmantelar el proyecto editorial que en su inicio tuvo como anclas a Carlos Loret, Javier Solórzano y a Carmen, y al que se sumó luego el destacado analista Ezra Shabot.

Pero los mismos puntillosos analistas que decretaron la censura y el golpe a la libertad en W Radio omitieron —quizá por desinformación o falta de memoria— que Javier Solórzano, ex director de El Independiente, dejó la radiodifusora cuando el propietario de ese periódico, Carlos Ahumada, fue exhibido como el autor de los videoescándalos, y que el espacio de Shabot tenía, por desgracia, uno de los ratings más bajos en su horario.

Fueron pocos, realmente pocos, quienes como Ciro Gómez Leyva dudaron de que se tratara de una ofensiva contra la Aristegui y además leyeron con ojo crítico los términos en que explicó las razones de la salida en su despedida al aire.

Ahora, gracias a una amplia entrevista del reportero Rodolfo Montes a Daniel Moreno, director de W Radio, se conoce la otra parte de la historia, en la cual —dentro de un proceso de reprogramación— para los ejecutivos de la estación el espacio de Aristegui era “intocable” y “fundamental”, y que se le informó por escrito que en ese proceso “no había ninguna pretensión de coartar su libertad de expresión” ni de “reducirle las horas” de transmisión y que no se trataba tampoco de vender los contenidos de su programa.

Parece difícil pensar que, periodista como es, Moreno se haya lanzado sin pruebas a revelar los detalles de la negociación contractual de quien es sin duda una de las periodistas más reconocidas del país, así que será interesante ver ahora qué dicen los que construyen complots en nombre de Aristegui.

3 comments:

FENIX said...

Esperemos que prònto estè de regreso la señora, en otro lugar donde no exista la ley mordaza.

saludos mi Kix.

Clau. said...

pasa a participar en un juego en mi Blog de terepondondin.
:D

Y un dia.... said...

bueno pero, que es lo que tú opinas kix?

feliz 2008

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