Debate capitalino

Mucho mejor este debate que el de la semana pasada con los presidenciables. No por nada yo ya había escuchado comentarios de que estaba mejor la terna de los aspirantes a jefe de gobierno que los aspirantes a presidencia. Creo que tienen mucho de razón. Creo que, de entrada, son más inteligentes.

El fondo blanco me pareció mucho mejor que el fondo gris, los atriles más bajos permitieron ver casi la mitad del cuerpo, no como el anterior que casi se les ve la cabeza nada más. Los micrófonos de clip igual me pareció mejor que los dos tubos ahí encima del atril, que hacían que Madrazo a cada rato se pusiera sus ídems.

¿Quién me pareció mejor? Me pareció el más netota Sodi, como que dice las cosas sin tapujos, habla un lenguaje coloquial y las propuestas que tiene, por ejemplo de hacer un circuito exterior está de lujo. A mí me caería de perlas. Eso y terminar el peri. Tiene razón en varios puntos, si tantas ganas tiene el PRD de hacer cosas, ¿porqué no se hicieron antes?

Marcelo Ebrard, como ya he mencionado, me parece muy guapo, pero no lo suficiente para hacerme perder la razón. Insiste en que el DF bajó su tasa de delincuencia en un 9%, que es el primer lugar en inversión (lo cual me parece excelente), y que hizo un buen papel en la Zona Rosa. No lo noté muy convencido de sus palabras. Siento que manoteaba mucho con cierto nerviosismo, como queriendo desviar la atención.

Beatriz Paredes es una maestraza, un lenguaje sumamente elegante, tal vez demasiado elegante para el grueso de la población. Bien encantaditos que pueden tener a la ciudadanía con tan bonito lenguaje. Afortunadamente ya no caemos en el hechizo del PRI.

Alberto Cinta, el pobrecito llegó en una camioneta BMW y además me hizo el favor de bloquearme la lateral del circuito (sucede que yo diario paso por ahí) y tenían semejante camión con la cara sonriente de Campa tapando el paso. Presumió todo el tiempo de que su partido busca la educación y de que fue el único con propuestas concretas. Se ve animoso el chavo, lástima que ya todos sabemos que es producto del rencor de la temible maestra.

Y en contraste de lo que siento por Patricia Mercado, su compañero de fórmula no siento que tenga el carácter para llevar la ciudad. De repente lo sentí desdibujado, nerviosón, tartamudeaba. ¿Saben en qué llegó el aún más pobrecito? En una hummer. Ayy papáaa!!!